Internacionales — 19.09.2018 —
Los afectados por el huracán Florence aguardan la visita de Trump
La Casa Blanca informó que el presidente acudirá hoy a la zona afectada. Continúan los cortes de carreteras por las inundaciones.
Por: santotoméaldía /
Los estados de la costa sureste de Estados Unidos se despidieron hoy de la tormenta Florence, que viaja hacia el norte degradada, y esperan mañana la visita del presidente, Donald Trump, que acudirá a Carolina del Norte, una de las regiones más afectadas por las lluvias y los fuertes vientos.
Aunque las fuertes precipitaciones persistieron hoy en algunas zonas, los estados de Virginia, Carolina del Norte y Carolina del Sur dijeron adiós a la tormenta Florence, que se desplaza hacia el norte.
El ciclón se ha convertido en una tormenta postropical de baja presión, después de haber sido un huracán de categoría 4 en la escala de intensidad de Saffir-Simpson.
La Casa Blanca informó que el presidente acudirá hoy a la zona afectada.
"El presidente viajará a Carolina del Norte mañana", dijo la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders.
La Presidencia ya había adelantado que Trump tenía previsto viajar a las áreas afectadas por el paso del huracán esta semana, una vez que se determinara que la visita no entorpecería "ningún esfuerzo de rescate o recuperación".
El número de muertos como consecuencia de los vientos, torrenciales lluvias e inundaciones provocados por Florence aumentó hoy a 33, de los que 26 fallecieron en Carolina del Norte, otros seis en Carolina del Sur y uno en Virginia, de acuerdo a las autoridades.
Hoy mismo continuaban las carreteras cortadas por las inundaciones, como en la ciudad de Wilmington, en Carolina del Norte, donde estas se asemejaban a ríos caudalosos.
El gobernador del estado, Roy Cooper, aseguró hoy en un comunicado que días después de que Florence les "golpeara", continúan "sintiendo los efectos de la tormenta masiva".
"Pese a que no hay lluvias sustanciales en nuestras predicciones y el sol brilla en muchas partes del estado, los ríos continúan creciendo y veremos más inundaciones", explicó Cooper, en cuyo estado 15.000 personas han buscado refugio.
Según la predicción del Centro de Predicción Meteorológica (WPC), Florence continuará mañana hacia el norte del país.
Los últimos datos del Centro Nacional de Huracanes (NHC) apuntan que los restos de lo que fue un huracán alcanza un máximo de 25 millas por hora (unos 40 kilómetros por hora).
Trump, que ya declaró la semana pasada el estado de emergencia para los tres estados en cuestión, habilitó ayer unos fondos federales para Carolina del Sur.
La asistencia económica de la Administración sirve para implantar "medidas de protección de emergencia" en Carolina del Sur, que, junto con Carolina del Norte, están siendo los estados más afectados por el azote de la tormenta.
Trump ensalzó hoy la labor de los equipos de rescate y las autoridades en las zonas afectadas, especialmente la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA).
"Mientras que estamos aquí reunidos, se están realizando esfuerzos tremendos y valientes en Carolina del Norte, Carolina del Sur y en Virginia en las zonas horriblemente afectadas por Florence", aseguró el mandatario en la Casa Blanca.
Trump aprovechó la situación para atacar a los demócratas como ya hizo en las últimas fechas por las críticas a su gestión ante el huracán María en Puerto Rico.
"Ahora mismo, todo el mundo dice que estamos haciendo un gran trabajo con el huracán Florence y están cien por cien en lo correcto", comentó el presidente en Twitter este martes.
"Pero no se dejen engañar -prosiguió-, en algún momento en el futuro próximo los demócratas empezarán a decir que FEMA, nuestro ejército y nuestra atención inmediata, que son increíbles, son en realidad un desastre y que no lo hacen bien. Será una mentira absoluta, pero eso es lo que ellos hacen y todo el mundo lo sabes".
Trump visitó el año pasado Texas y Florida después del paso de los huracanes Harvey e Irma, respectivamente, y también acudió a Puerto Rico para supervisar los daños causados por María, que arrasó la isla hace un año y provocó la muerte de casi 3.000 personas, según un reciente estudio respaldado por el Gobierno local.