Internacionales — 01.03.2018 —
El drama migratorio y la xenofobia marcan a fuego la campaña italiana
Mientras la alianza de centroderecha sigue al frente de las encuestas, aumentan los ataques contra los inmigrantes; Berlusconi dijo que el 95% vive de la delincuencia.
Por: santotoméaldía / Fuente: La Nación
El video, subido a Facebook, es estremecedor. Se ve a un chico italiano que agrede, primero verbalmente y luego físicamente, a un joven negro. Se oye que el agresor, de musculosa negra y bermudas, es alentado por un amigo-cómplice, que lo filma con el celular: "¡Dale! ¡Tirale una piña!". "¡Volvete a tu casa!", grita el victimario, que empieza a empujar a su presa. La víctima, un refugiado somalí, de 22 años, intenta no caer en la provocación: "Don't touch me!" (no me toques), dice, en inglés, intentando alejarse. Pero el agresor sigue molestando, hasta que la situación degenera. Sahid, así se llama la víctima, es tirado al suelo con violencia y se golpea la cabeza.
El hecho ocurrió el 8 de agosto pasado en una plaza de Acqui Terme, pequeña ciudad de la provincia de Piamonte, en el norte de Italia. Pero es tan solo uno de los cientos que se registraron en los últimos meses en este país, que desde hace años enfrenta una emergencia inmigratoria que no se detiene y que marcó a fuego la campaña electoral en vista de las elecciones del domingo próximo. Los partidos de derecha, que podrían triunfar, según los sondeos, leyeron entre líneas el humor social y convirtieron la inmigración en un arma electoral letal. La opinión pública, de hecho, la relaciona con el aumento de la inseguridad.
Fiel reflejo de esto, el 3 de febrero último Italia quedó conmocionada por un ataque xenófobo nunca antes visto ocurrido en la ciudad de Macerata, en el centro del país. Allí Luca Traini, un italiano de 28 años, salió a dispararles a inmigrantes desde su auto, dejando heridos a seis africanos. Antes de rendirse a las fuerzas del orden, Traini, envuelto en una bandera tricolor, hizo el saludo fascista -con el brazo extendido, en alto- y gritó: "¡Viva Italia!".
Ligado a grupos de extrema derecha y ex candidato municipal de la Liga Norte, Traini actuó así para vengarse de un nigeriano, presunto autor del terrible asesinato de una chica de 18 años, italiana, que apareció descuartizada en la campiña de la zona.
Traini, que quedó bajo arresto, se convirtió en una suerte de "justiciero" para esa parte de italianos que, en los últimos años, fueron incubando rabia y racismo. Italianos que sienten que los desesperados venidos de afuera no solo les sacan trabajo y recursos al Estado, sino que también son culpables de un aumento de la degradación de sus ciudades y de la criminalidad.
En medio del estupor y de la indignación de muchos, en Roma apareció una pancarta en solidaridad con el atacante -"Honor a Luca Traini"-, cuyo gesto también fue aplaudido por muchos en las redes sociales y charlas de café.
Según datos del Ministerio del Interior, en 2016 desembarcaron en el sur de la península 181.436 inmigrantes, todo un récord. En 2017, 119.310, un 34,24% menos, gracias a los acuerdos sellados por el gobierno con Libia. Pero desde principios de año hasta fines de enero se contabilizaron más de 3400 llegadas, confirmando ese flujo imparable que, unido a la crisis económica, generó un cóctel explosivo.
Consciente de esta realidad, el sábado pasado, en un acto en la famosa plaza del Duomo de Milán, Matteo Salvini, líder de la xenófoba Liga Norte, principal aliado del expremier Silvio Berlusconi en una alianza de centroderecha que resulta favorita, volvió a prometer que frenará "la invasión", así como un "billete de regreso" para los ilegales.
Berlusconi no se quedó atrás. "En Italia hay por lo menos 630.000 inmigrantes, de los que solo el 5% tiene derecho a permanecer como refugiado. Los otros 600.000 son una bomba social preparada para explotar porque viven de la delincuencia", clamó elCavaliere.