Área Metropolitana — 22.04.2017 —
La trágica historia de vida de la mujer encontrada muerta en Santa Fe
Hace diez años, Malvina Santa Cruz vivió una terrible historia de violencia machista. Hoy su cuerpo apareció sin vida en el norte de la ciudad, y las causas están siendo investigadas.
Fuente: El Litoral / Diario Uno
Mientras se investigan las causales de la muerte, se logró identificar a la mujer hallada sin vida este viernes por la mañana en el norte de la ciudad de Santa Fe.
Se trata de Malvina Noelia Santa Cruz, de 35 años de edad. Recordemos que unos obreros encontraron el cadáver en un descampado ubicado en las cercanías de la Av. Blas Parera al 9300, a la altura de pasaje Formosa.
Un poco antes del mediodía, los Bomberos Zapadores arribaron al lugar y retiraron el cuerpo, el que fue trasladado a la morgue judicial donde se le efectuará la autopsia.
Sobre la causa, el fiscal de Homicidios, Jorge Nessier explicó que existía un pedido de paradero de 24 horas. También anticipó que no habría exitido algún tipo de "mecánica violenta que haya sido aplicada al cuerpo, sea con un arma o con golpes de puño".
Cabe señalar que la mujer fue hallada detrás de un montículo de tierra y junto a la pared lateral de un galpón.
Trágica historia de vida
Una tarde de agosto de 2007, Malvina Santa Cruz se acercó a la comisaría de Santa Rosa de Lima para denunciar los golpes y maltratos que Jorge Miguel Ángel Sandoval, su concubino por más de una década, le propinaba en su hogar. Un profesional de la fuerza la revisó y el expediente del caso fue girado a Tribunales.
Cansada de la violencia, Malvina decidió por esos días separarse de Sandoval quien dejó la casa en Mendoza al 4400 para mudarse a pocos metros. Durante la relación, tuvieron a Micaela y Ludmila de 8 y 4 años a quienes él continúo visitando de manera regular.
El viernes 18 de octubre de ese año, Malvina volvió a la comisaría para establecer la separación, y comunicar que comenzaría a gestionar los trámites tanto para obtener la custodia permanente de sus hijas como para obtener la ayuda por alimentos. Por esas tardes, ella recibía mensajes de texto con terribles amenazas de él con la intención de disuadir la separación.
Lo que vino después puede ser narrado solo como una película de terror. El 22 de ese mes, Sandoval pasa a buscar a sus hijas para pasear. Después de pasar la tarde, llevó a las nenas a su casa en Vera al 4500 donde las arropó en sus camitas. Minutos después, cuando dormían, sacó un revólver calibre 38 largo y les disparó a ambas en la cabeza.
Los vecinos y Malvina escucharon los balazos y corrieron hasta encontrarse con el peor de los escenarios. Sandoval se había dado a la fuga por pasaje Braille en el oeste de la ciudad.
El femicida caminó hasta calle Derqui, y cuando se encontraba justo detrás del Cementerio Israelita ante la vista de todos puso el mismo arma contra el lado derecho de su cabeza, apretó el gatillo y se voló la sien.
Las nenas estuvieron varias horas internadas en terapia intensiva en el Hospital Orlando Alassia pero ninguna sobrevivió.
Lo que vino después fue un ida y vuelta de acusaciones entre distintos organismos del Estado por la falta de acciones y decisiones en torno a las denuncias realizadas por una mamá que jamás tuvo ni respuestas ni justicia.