10 años de prisión por la promoción a la corrupción de su propio hijo
El hombre, de 54 años, fue condenado por un delito cometido en 2014.
Por: santotoméaldía /
Un hombre de 54 años cuyas iniciales son OMM fue condenado a 10 años de prisión como autor del delito de de promoción a la corrupción agravada de su propio hijo menor de edad en nuestra ciudad, en 2014. La jueza Sandra Valenti dispuso la pena en el marco de un juicio oral y público que finalizó hoy en los tribunales de la ciudad de Santa Fe. Por su parte, el fiscal Estanislao Giavedoni estuvo a cargo de la investigación de los hechos. OMM fue condenado como autor penalmente responsable del delito de promoción a la corrupción de menores agravada.
“A diferencia de lo resulto, habíamos solicitado la condena por los delitos de promoción y facilitamiento de la corrupción de menores agravada (por las amenazas y el parentesco). De todos modos, la jueza dispuso la misma cantidad de años de prisión que pedimos en los alegatos”, manifestó el fiscal.
Por otro lado, Giavedoni informó que “fue denegada nuestra solicitud de prisión preventiva del condenado”, no obstante aclaró que “el condenado siempre estuvo a disposición y compareció cada vez que fue llamado en cada una de las etapas de la investigación”.
Finalmente, el fiscal sostuvo que “vamos a esperar los fundamentos de la jueza para conocer en detalle qué es lo que se dio por probado a lo largo del juicio, pero entendemos que se hizo justicia”.
Corrupción
En relación a los hechos, el fiscal detalló que “el viernes 5 de diciembre de 2014, por la tarde, con la excusa de ir a pescar, el acusado llevó a sus dos hijos varones menores de edad y a una adolescente también menor de edad, a la costa del río Salado".
Al respecto, Giavedoni explicó que "una vez llegados al lugar, OMM obligó a uno de sus hijos y a la menor de edad a mantener relaciones sexuales entre ellos, mientras su otro hijo observaba lo que estaba sucediendo". En tal sentido, el fiscal añadió que "previamente les había dado bebidas alcohólicas a los tres menores de edad".
Giavedoni aclaró que “sólo se brindan las iniciales del condenado para preservar la identidad de la víctima. El niño menor de edad que fue víctima es hijo del condenado, por lo tanto, tienen el mismo apellido”.
